SOBRE LA COMUNICACIÓN Y LA ENERGIA ELECTRICA
Carlos Lao
Vamos a intentar analizar (de manera somera) dos frases ampliamente utilizadas, y a intentar extraer consecuencias sobre la ambigüedad de la comunicación cualitativa, y sobre los intercambios de energía eléctrica con los países del entorno.
Los números sirven para engañar: Cierto, si se utilizan de manera interesada, proporcionando solo parte de los datos, interpretándolos de manera fraudulenta de acuerdo con el fin que queremos obtener. Por el contrario, si se utilizan de manera honesta, empleando todos los datos disponibles, poniendo de manifiesto las limitaciones de los medios empleados para obtenerlos, e interpretándolos de acuerdo al “estado del arte” en el momento del estudio realizado son el mejor método de análisis de la realidad (de la “dura” de la física, no de los sentimientos, de esto se ocupa el arte, y aunque el proceso de cuantificación de las emociones avanza, aun no sabemos hacerlo suficientemente bien), y si, ya sabemos que por muy objetivo que se sea, detrás de todo, obtención de datos, análisis y comunicación, está el operador (si estuviésemos tratando el microcosmos, acudiría en nuestro auxilio la Física Cuántica).
La comunicación sin cuantificar, aunque sea de manera honesta puede producir resultados absolutamente distorsionados, tanto que pueden hacer que lo blanco parezca negro, como ejemplo vamos a analizar una frase ampliamente utilizada:
Importamos energía eléctrica de Francia de origen nuclear.... (la frase sigue y se convierte en un canto a la necesidad de instalar centrales termonucleares de fisión, pero este es otro debate que no es el que hoy nos ocupa).
La frase es cierta, efectivamente importamos energía eléctrica de Francia, y dado que la mayoría de la energía eléctrica producida en este país es de origen nuclear, es bastante posible que este sea su origen. Podemos extraer más consecuencias de este enunciado simple, dependemos de la energía eléctrica producida en Francia para nuestro funcionamiento, y tirando del ovillo, la energía eléctrica de origen nuclear es imprescindible... podríamos seguir así, pero creo que la idea está expuesta.
Carlos Lao
Vamos a intentar analizar (de manera somera) dos frases ampliamente utilizadas, y a intentar extraer consecuencias sobre la ambigüedad de la comunicación cualitativa, y sobre los intercambios de energía eléctrica con los países del entorno.
Los números sirven para engañar: Cierto, si se utilizan de manera interesada, proporcionando solo parte de los datos, interpretándolos de manera fraudulenta de acuerdo con el fin que queremos obtener. Por el contrario, si se utilizan de manera honesta, empleando todos los datos disponibles, poniendo de manifiesto las limitaciones de los medios empleados para obtenerlos, e interpretándolos de acuerdo al “estado del arte” en el momento del estudio realizado son el mejor método de análisis de la realidad (de la “dura” de la física, no de los sentimientos, de esto se ocupa el arte, y aunque el proceso de cuantificación de las emociones avanza, aun no sabemos hacerlo suficientemente bien), y si, ya sabemos que por muy objetivo que se sea, detrás de todo, obtención de datos, análisis y comunicación, está el operador (si estuviésemos tratando el microcosmos, acudiría en nuestro auxilio la Física Cuántica).
La comunicación sin cuantificar, aunque sea de manera honesta puede producir resultados absolutamente distorsionados, tanto que pueden hacer que lo blanco parezca negro, como ejemplo vamos a analizar una frase ampliamente utilizada:
Importamos energía eléctrica de Francia de origen nuclear.... (la frase sigue y se convierte en un canto a la necesidad de instalar centrales termonucleares de fisión, pero este es otro debate que no es el que hoy nos ocupa).
La frase es cierta, efectivamente importamos energía eléctrica de Francia, y dado que la mayoría de la energía eléctrica producida en este país es de origen nuclear, es bastante posible que este sea su origen. Podemos extraer más consecuencias de este enunciado simple, dependemos de la energía eléctrica producida en Francia para nuestro funcionamiento, y tirando del ovillo, la energía eléctrica de origen nuclear es imprescindible... podríamos seguir así, pero creo que la idea está expuesta.
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