


« -Es curioso que uno no pueda estar sin encariñarse con algo… Es… como si la mente segregara sentimiento, sin parar…
-¿Vos crées?
-… lo mismo que el estómago segrega jugo para digerir.
-¿Te parece ?
-Sí, como una canilla mal cerrada. Y esas gotas van cayendo sobre cualquier cosa, no se las puede atajar.
-¿Por qué?
-Qué sé yo… porque están rebalsando ya el vaso que las contiene.”
El beso de la mujer araña. Manuel Puig. Buenos Aires. Planeta
Fuente: Artículos para Pensar