
“Paranoid Park”: El infierno interior
Escrito por José Arce
Gus van Sant nos introduce directamente en la mente de un atormentado adolescente en una propuesta que voltea, invierte incluso los estándares narrativos para embarcar al espectador en un viaje sin retorno. Una filigrana.
Alex (Gabe Nevins) mata accidentalmente a un guardia de seguridad, un hecho traumático que decide silenciar a la espera de no ser inculpado por la tragedia. Esta es la base, tomada de la novela homónima de Blake Nelson, sobre la que Gus van Sant regresa a los conocidos caminos del cine independiente tras los logros alcanzados en el campo más comercial gracias a la estupenda “Mi nombre es Harvey Milk”, en la que exprimió al máximo el saber hacer de ese titán de la interpretación que es Sean Penn. Con “Paranoid Park”, el cineasta nos sumerge directamente en la mente del adolescente protagonista, y lo hace respetando de manera alucinantemente creíble y veraz el discurrir mental y psicológico de un muchacho constantemente aturdido por las circunstancias que le rodean. El resultado es, sencillamente, soberbio