lunes, 25 de enero de 2010

Ideas sobre los entornos para la creatividad y la innovación- Por Juan Freire

Como preparación de mi intervención en el creálogo I-cosistemas, entornos para imaginar e innovar que se desarrollará el jueves 12 de noviembre en Cáceres como parte del 5º Congreso de Creatividad e Innovación Ciudades Creativas en la Sociedad de la Imaginación he preparado las notas que comparto aquí.
El concepto de "i-cosistema" propone que el entorno importa. La creatividad y la innovación no se pueden planificar; la imaginación es una capacidad de imposible control. Pero al tiempo la capacidad innovadora y creativa de una sociedad es una consecuencia directa de sus condiciones y no tanto del genio individual de sus componentes. ¿cómo provocar una sociedad innovadora que movilice la enorme capacidad creativa en posesión de sus ciudadanos y colectivos?
Cabría preguntarse, antes de reflexionar sobre las rutas posibles, si los responsables de la toma de decisiones están realmente interesados en una sociedad innovadora. Aparentemente ese es un objetivo político esencial en este nuevo siglo, pero siempre se piensa en un modelo restringido de innovación centrado en la invención, en los productos, en la tecnología y en los desarrollos comerciales. Sin embargo la innovación es mucho más. Es la capacidad de personas y colectivos de desarrollar proyectos autónomos donde generen ideas que acaben transformadas en objetos, procesos u organizaciones que den respuestas a los problemas a los que nos enfrentamos o ideen nuevos escenarios para nuestro desarrollo económico y social.
Una sociedad verdaderamente innovadora incorporará una elevada capacidad de innovación tecnológica y en el ámbito económico. Pero, al tiempo será una sociedad fuerte e independiente y con capacidad de respuesta autónoma a los retos a los que nos enfrentamos. Una sociedad innovadora será exigente ante sus responsables políticos y requerirá una acción política basada en el diálogo y la facilitación de procesos participativos así como una visión realmente transformadora. Este modelo se opone al más habitual donde la política está basada en liderazgos carismáticos que pretenden ofrecer, o imponer, soluciones propias a sus ciudadanos; soluciones que casi siempre pretenden definir los sectores económicos estratégicos y se basan en procesos escasamente participativos y que dejan poco espacio a las sorpresas y la actividad autónoma de la sociedad.


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