domingo, 8 de marzo de 2009


Appaloosa, el western puro
Por Santiago Navajas

La década de los 60 fue el canto del cisne del western. En la lista de favoritas de IMDB figura en primer lugar El bueno, el feo y el malo, seguida de Hasta que llegó su hora. Un poco más abajo encontramos La muerte tenía un precio y las americanas Dos hombres y un destino, Grupo salvaje y El hombre que mató a Liberty Valance. También podríamos citar Dos cabalgan juntos y El Dorado.
Desde entonces, el género arrastra una mala salud de hierro. De vez en cuando aparecen películas que alimentan la pasión por un cine sin efectos especiales, ligado a los elementos primordiales, la acción que subsume a la reflexión, los dilemas morales planteados sin concesiones y la exposición de la naturaleza humana a flor de piel. Sin perdón fue la más relevante; El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Frost, la penúltima joya. Ahora tenemos la segunda película dirigida, escrita, interpretada y producida por Ed Harris, Appaloosa, como una nueva cima de las películas de vaqueros.

Clásica y modesta en apariencia, Appaloosa es, sin embargo, ambiciosa y original en grado sumo. Un par de pistoleros han decidido ponerse del lado de la ley. Virgil Cole (Harris) es uno de los más duros, implacables y rápidos del Oeste, si no el que más. Everett Hitch (Viggo Mortensen) es su ayudante, un elegante e inteligente ex soldado educado en West Point. Ambos son profesionales y siempre matan dentro de la legalidad. Aunque antes de aceptar el cargo de sheriff se aseguran, por contrato, de que su palabra sea la ley. Virgil Cole tiene un punto moralista, incluso fanático, del deber, mientras que lo que atrae a Hitch es una aspiración más vaga, rozando la mística. En la voz en off inicial Hitch confiesa que se ha lanzado a la aventura buscando "una expansión del alma".

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