domingo, 29 de marzo de 2009

Una pasión prebachiana


En la liturgia católica romana, las lecturas o representaciones de la Pasión tenían lugar Domingo de Ramos, Martes, Miércoles y Viernes Santo, y fueron puestas en música desde la Edad Media. Mientras se hicieron en canto llano, las Pasiones se cantaban con tres tonos de recitado característicos, aunque hubo abundantes diferencias regionales, que el papa Sixto V unificó en 1586. A mediados del siglo XV empezó a utilizarse también la polifonía, aunque en grado muy diverso según las zonas. Así, las llamadas Pasiones responsoriales conservaban las narraciones tradicionales, con la polifonía, a 4 voces, reducida a las intervenciones de la multitud (coros de turba), aunque el modelo evolucionó hasta dar coros de turba de 6-8 voces y tratar las intervenciones de los personajes en un típico fabordón a tres voces e, incluso, en polifonía estricta a cuatro voces, aunque este estilo fue más característico de las llamadas Pasiones motéticas, que combinaban las cuatro narraciones evangélicas y trataban el texto resultante a modo de motete.