viernes, 20 de marzo de 2009


Krugman y su economía de los canguros keynesianos
Juan Ramón Rallo

La concesión del Premio Nobel de Economía a Paul Krugman le ha convertido en una especie de guía espiritual para gestionar la recuperación de la crisis actual. Sin embargo, dado que los conocimientos del estadounidense sobre el ciclo económico dejan bastante que desear, sus recomendaciones difícilmente serán adecuadas.
Quizá la manera más sencilla de comprobar que su perspectiva keynesiana de Krugman es del todo inútil para comprender el funcionamiento de una economía lo tenemos en el ejemplo al que tanto le gusta recurrir para explicar el ciclo económico: la cooperativa de canguros.
En este modelo, cada pareja miembro de la cooperativa presta sus servicios de canguro a otra pareja y a cambio de este servicio recibe un vale que le da derecho a solicitar en el futuro que otra pareja de la cooperativa cuide de sus niños (y a cambio de lo cual ésta última pareja recibirá un vale que da derecho a lo mismo).
Con este sencillo esquema, Krugman explica tanto las recesiones (por ejemplo, el pinchazo de la burbuja de las puntocom) como las depresiones deflacionarias (Japón). Recesión sería cuando el número de vales en circulación se reduce (por ejemplo, porque algunas parejas acaparan muchos vales con el objetivo de tener disponibles servicios de canguro en el futuro), de modo que cada pareja empieza a racionar el uso de los vales para ocasiones especiales (es decir, no salen tanto por las noches para no tener que gastar vales); sin embargo, si no hay parejas que gasten, el resto de parejas no podrá adquirir nuevos vales, de modo que cada vez la demanda de canguros se restringe más y, por tanto, también la oferta. La solución es simple: imprimir más vales para que se creen más oportunidades de hacer de canguro y la circulación de vales se "reactive"